Hoy, viernes 25 de julio de 2008, es el día del apóstol Santiago. Hoy se cumplen exactamente ocho años de aquella madrugada en Saint Jean de Pied Port, cuando Martín y yo dimos el primer paso por el Camino de Santiago. Desde entonces, creo yo, no hemos dejado de ser peregrinos.
El Camino de Santiago es una ruta milenaria forjada con el esfuerzo y la vida de millones de caminantes de voluntad inquebrantable y de corazón de mártir. Peregrinos que entregaron sus vidas alentados por una fe que ardía inextinguible en lo más profundo sus corazones humanos. Es una ruta que avanza desde Francia, surcando valles, rebasando ríos, hendiendo la montaña -como hiciera Rolando con su espada Durandal -, inexorable, hasta los pies de la tumba, donde, desde hace mil años se venera a Santiago el Mayor. Más allá de la tumba, es el fín del mundo. Es el “fininisterrae” de los antiguos. Mas allá ya no hay tierra, ya no hay mundo. Mas allá sólo esta el cielo, sólo “et suseia”. El camino ha sido bañado siempre con el sudor de cada peregrino, hombre o mujer, niño o anciano, y a veces también regado con la sangre de muchos ellos. Se dice que aquellos que no llegan, que aquellos que perecen en la ruta, son llevados de la mano por el apóstol mismo hasta Compostella, hasta el fin del mundo, y más allá.
Lo primero que aprende el peregrino es a desprenderse de casi todo, porque eso es peregrinar. El camino enseña muy rápidamente que es necesario aligerar la carga, la que se lleva a la espalda y la que se lleva en el alma, para llegar a la meta. Esta enseñanza permanece, aún hoy día, indeleblemente impresa en cada piedra del Camino: “Peregrino, deja lo que puedas y toma lo que necesites”.
A partir de hoy, comenzarán a aparecer en este blog algunas de las fotografías que tomamos durante el camino. Todas llevarán un título y un texto que contará la historia detrás de cada una de ellas. Es mi manera de compartir con ustedes muchas cosas que quedaron fuera de los garabatos del diario. Estas imágenes e historias serán las “Historias del Camino”.
Para empezar les dejo esta foto que va a ser el centro de la primer "Historia del Camino" y es de las poquísimas imágenes en que aparecemos juntos con Martín, el mejor amigo que cualquiera pueda llegar a tener. Como dice el Martin Fierro: "De a dos, no digo un pampa, a la tribu si se ofrece!"
Ultreia et Suseia
Este blog es antes que nada el diario de un peregrino en camino a Santiago de Compostela.
"Ultreia" (mas allá) era el saludo dado al peregrino en la edad media, al cual este respondía siempre "et suseia" (y más arriba), de ahí el título de este blog. Epítome de todos los caminos, el Camino de Santiago es un camino sin final y sin retorno cuya síntesis perfecta es precisamente "Ultreia et suseia".
"Ultreia" (mas allá) era el saludo dado al peregrino en la edad media, al cual este respondía siempre "et suseia" (y más arriba), de ahí el título de este blog. Epítome de todos los caminos, el Camino de Santiago es un camino sin final y sin retorno cuya síntesis perfecta es precisamente "Ultreia et suseia".
viernes, 25 de julio de 2008
Historias del Camino
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