Ultreia et Suseia

Este blog es antes que nada el diario de un peregrino en camino a Santiago de Compostela.
"Ultreia" (mas allá) era el saludo dado al peregrino en la edad media, al cual este respondía siempre "et suseia" (y más arriba), de ahí el título de este blog. Epítome de todos los caminos, el Camino de Santiago es un camino sin final y sin retorno cuya síntesis perfecta es precisamente "Ultreia et suseia".

viernes, 22 de febrero de 2008

21 - De Portomarín a Palas do Rei

Notas de viaje, sábado 12 de agosto de 2000.

Dejamos Portomarín temprano en la mañana. Antes de las seis ya estábamos en camino, bajando las empinadas calles de la ciudad e internándonos en el bosque gallego luego de cruzar la carretera. Es de noche, falta aún casi una hora hasta que amanezca, y marchamos alguno pasos detrás de un grupo de peregrinos españoles. El bosque está oscuro y en silencio. La débil luz de la pequeña linterna ilumina apenas a unos pocos pasos de distancia, puede oirse claramente el crujir de la gravilla del sendero bajo nuestras botas. Toda la mística del bosque gallego nos llega en la fresca briza del cierzo nocturno, que parece susurrar fragmentos olvidados de secretos aquelarres y queimadas, de ritos de otros tiempos y de otras gentes. La marcha se disfruta a pesar de la oscuridad.

Ovejas en el camino saliendo de Portomarín

Típico cruceiro de piedra en CastroMayor


Con las primeras luces del amanecer, llegamos a Gonzar. La oscuridad del bosque ha dejado paso a estáticos bancos de espesa niebla que se diseminan por doquier. Martín se detiene un instante a fotografiarlos y seguimos camino. Pasamos algunas aldeas pequeñas, dejamos atrás CastroMayor, Hospital de la Cruz, Ventasde Narón y Ligonde. Nos detenemos en una breve pausa a la sombra de un bosquecillo de eucaliptos, bebemos algo de agua, liamos un par de pitillos, y reemprendemos la marcha.


Capilla a la vera del camino en Ventas de Narón


Camino a Gonzar


Bancos de niebla camino a Gonzar


A la salida de Ereixe -iglesia en gallego-, nos topamos con el famoso cruceiro de Lameiros, una cruz de piedra que jalona el Camino desde 1670. Seguimos la marcha y poco antes de mediodía entramos en Avenostre, a unos dos kilómetros de Palas do Rei. Media hora más tarde estábamos haciendo fila en las puertas del albergue de Palas. Dejamos nuestras mochilas en la fila y nos sentamos a la sombra a ojear unas postales que compramos en una fuente del Camino. Luego de conseguir cama y ducha, salimos del albergue en pos de nuestro sustento.


Llegando a Palas do Rei


Luego de ir y venir varias veces por la calle principal de la ciudad en busca de una pizzería inexistente, terminamos en un bar a pocos metros del albergue donde dimos buena cuenta de una picada de mariscos y un par de cervezas. una vez satisfechos nuestros estómagos, la siestecilla reparadora que se me hizo un poco más larga de lo habitual…, me desperté a las ocho cuando ya era de noche. Afortunadamente el albergue no cierra las puertas hasta la medianoche. Dimos algunas vueltas por el lugar, conversamos con otros peregrinos, cenamos, y al sobre. Estamos a unos 67 kms. de Santiago. Mañana partimos hacia Arzúa, en una etapa de algo más de 28 kms. que nos dejará a apenas tres jornadas de Santiago. En el albergue se respira la euforia de los peregrinos, se siente en el aire un no se qué Compostelano...



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